6/8/09

Candy lys

Mis números con otitis,
a fuerza de perro muerto auscultan la situación para lanzarse a las llamas de la miseria.
Existen ciertos desatinos existenciales pero ninguno es más pesado que las cadenas de la constante muerte, la que sume lentamente en un pantano inexcusable.
Existe la vida, sí, pero las mariposas siempre brillan con sus moscas. Más sintético que un puro filtro, vuelven centelleantes los frágiles autos de la memoria. Las plumas me recuerdan al cuero de algunos humanos hechos de retazos de cirugía plástica, sus grasas trascienden como el encino.
Los flashes de los neones que se mueven me hacen llorar como las vedettes incrustadas de tiernas alegorías a las drogas.

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