10/6/08

Barrista

Hay gente que vive en un péndulo que va del calor al frío. Yo no soy uno de ellos porque tiendo más a la luz del sol que al oscuro invierno. Yo empiezo por sacar la mugre de la casa y a adornarla. Le pongo color tanto a la fachada como al interior. Si es que el interior está sucio siempre queda al menos hacer un exorcismo como trabajo. Luego la blanca leche brotará, manará como el famoso almidón de yuca. Refriego la cara de mi casa, siempre en analogía con el feng shui oriental, y le paso la navaja a las opacas frondosidades. Aliso la copa del arbol dándole su podada como no dándosela. Caen las briznas perfumadas que más que picar purifican. Y entro en combustión. Me quemo, me siento listo para la muerte.

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